Imperio envió un par de entradas a Raquel Meller, pero, casi ofendida, se las devolvió. Por su cuenta, Raquel, sin avisarlo, acudió otro día a escuchar a Imperio. Advertida de su presencia, Imperio le dedicó su actuación, en la que incluía «La violetera». Raquel no creyó oportuno saludar a Imperio Argentina en su camarín al acabar su actuación. Se marchó muy airada y al día siguiente se despachó en los periódicos barceloneses con unas declaraciones en contra de Imperio: «Se quiere vestir con mis galas», argüyó la Meller, ya a las puertas de su senilidad, amargada y orgullosa, que nunca aceptó que nadie, ni siquiera una estrella como Imperio Argentina, pudiera cantar con brillantez y buen gusto sus antiguas creaciones, «La violetera» y «El relicario».
Imperio Argentina, siempre discreta y educada, aguantó aquel desaire sin replicar a Raquel por su gesto. Nada impidió que Imperio Argentina continuara sus actuaciones en Barcelona, con tanto éxito que se mantuvo tres meses en cartel, viéndose obligada a cancelar otros contratos.
(Memoria de la copla - Manuel Román)
La Violetera | LETRA | MÚSICA |
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