Contaba la Niña de la Puebla que, a principios de 1941 asistió al estreno en Sevilla del "Concierto de Aranjuez", de Joaquín Rodrigo, que poco antes, el 11 de Diciembre de 1940 se había estrenado en Madrid.
Después del concierto, que tuvo lugar en el teatro de San Fernando, cenaron juntos. Después de la cena ella cantó especialmente para el Maestro su versión por bulerías de "Ojos verdes". Mientras ella cantaba, Joaquín Rodrigo llevaba el ritmo golpeando con los nudillos encima de la mesa.
Escena digna de un cuadro la de aquellos dos seres que sólo podían verse con los ojos de su arte ya que ambos eran ciegos.
("Memoria de la copla" de Manuel Román)
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