Aunque Marifé de Triana cantaba desde mucho antes, fue en el año 1955 en que consiguió su consagración definitiva, alzándose a primera figura entre una pléyade de artistas del mismo género que ya llevaban muchos años consagradas. Desde entonces, y hasta el momento de su retirada, Marifé no dejó de cosechar éxitos ininterrumpidamente. En el triunfo prolongado de un artista no cabe más que unas cualidades demostradas constantemente en su quehacer y una entrega total en todas y cada una de sus actuaciones, y estas dos cualidades las tenía de sobra Marifé cuando empezaba, y le sobraban cuando decidió retirarse. No ha habido, pues, ni secretos ni casualidades en el triunfo de Marifé.
Al margen de una espléndida voz, Marifé es, si no la sola, sí la que mejor recrea cada uno de los personajes que nacen en sus canciones, dotándolos de una fuerza dramática, que hace que todas sus interpretaciones sean únicas e irrepetibles.
Falleció en un Hospital de Benalmádena (Málaga - España) el 16 de Febrero de 2013
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